“Avatar es la segunda película más taquillera de la historia.”-“La
película más cara de la historia”-“Se ha convertido en el mejor estreno de la
historia de IMAX”-“Es la película más pirateada/descargada de la historia”
Con todos estos récords lo fácil
es pensar que debería ocupar también el puesto de: Mejor película de la
historia. Lo paradójico es sin embargo descubrir que la película carece
realmente de historia propia. Avatar es
para James Cameron lo que La criatura es
para Víctor Frankenstein: Ambos deciden “crear” una obra maestra. ¿Cómo logran
esto? Pues cogiendo “fragmentos” de esto y de aquello, hasta conseguir la
perfección. Lo bueno se queda, y lo malo se remplaza.
Dejando a un lado los
paralelismos, James Cameron ha sabido realizar una película futurista,
reciclando conceptos de películas antiguas. Y es aquí la razón por la que
carece de una historia propia. Todo el mundo conoce la historia de los indios y
vaqueros: Los indios representan el poder de la naturaleza y espiritual
mientras que los vaqueros representan la modernidad y la avaricia. Se presentan
ambos mundos y un problema terrenal. Problema que supone un conflicto que se
resuelve con una batalla final entre el bien y el mal.
Podría ser un resumen lineal del
argumento de alguna película de 1950,
pero no, se trata del resumen de la película Avatar, del año 2009. Una vez que
tienes el plato principal, lo único que tienes que hacer es aderezarlo bien y
presentarlo. Otras películas del cine “western” también tratan sobre el cambio
de pensamiento del hombre moderno y como una vez que entra en contacto con el
mundo espiritual y natural de la cultura india se transforma ¿Por qué
conformarse con un único plato si se puede acompañar con un segundo? Respecto a
la presentación, Avatar dedicó más de 150 millones de dólares en marketing.
¿Y no es esta, sino una de las claves del éxito?
Felizmente, me alegra decir que
el éxito puede tener siempre dos caras. Ya que sería injusto criticar la
película por pecar de original. Pues Avatar fue una apuesta por los nuevos
métodos de filmación con la tecnología 3D. Puede que no fuese la primera
película pero sí la que supo sacar más provecho. Es en este apartado, en lo visual,
donde Avatar ofrece al público lo que desea: espectáculo, colorido…
Es una película futurista con
claras referencias a nuestro mundo: tanto la similitud de los animales, los
paisajes, etc. Que sabe llenar nuestros vasos ansiosos de fantasía. Porque a
las personas nos encanta fantasear. Fantaseamos constantemente, por ejemplo con
la posibilidad de que exista vida inteligente más allá. Y Avatar es una clara
respuesta a ello. Esto no significa que nos creamos que Pandora pueda existir,
y que la comunidad Na’vi ni exista, ni que sean así, pero como he dicho: nos
encanta fantasear con ello.
La película cumple también con la
esencia heredada de las películas de los indios y vaqueros, ya que se nos
presenta un mundo colorido-y muy similar al nuestro-que está al borde de la
destrucción, y por algo que no llego a determinar muy bien por qué, nos afecta
con mayor intensidad, mientras que seguramente si fuese ambientada en nuestro
mundo- puesto que ocurre- no causaría el mismo impacto. Aunque ese sería otro
tema.
Definitivamente, James Cameron ha
sabido crear una obra maestra con piezas ya oxidadas en nuestros recuerdos.
Además de unir dos mundos como es el artístico con el industrial aunque para
hacerla haya tenido que recurrir al marketing. Pero como ya decía Hitchcock “el
cine son sólo 400 butacas que llenar.
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